Elegir el material adecuado para una encimera puede parecer complicado. Entre las opciones más populares se encuentran el cuarzo blanco y el mármol. Seis de cada diez diseñadores de interiores en España recomiendan estas superficies. Sin embargo, los usos y características de cada uno pueden hacer que una opción sea más adecuada que la otra, dependiendo de las necesidades.
El cuarzo blanco, gracias a su composición de hasta un 93% de cuarzo natural, es conocido por su durabilidad y resistencia. No por nada, empresas como Silestone han hecho del cuarzo su material insignia. En comparación con el mármol, que es una piedra natural completamente, el cuarzo es menos poroso. Esto significa que es menos probable que absorba manchas de productos cotidianos como vino o café. A diferencia del mármol, que puede requerir un mantenimiento como la aplicación anual de selladores, el cuarzo necesita cuidados mucho más bajos.
El mármol, en cambio, ofrece una belleza inigualable. Cada losa es única, con vetas y patrones que las fábricas de mármol de Carrara han perfeccionado a lo largo de siglos. Esta belleza natural tiene un precio: el mármol suele ser más costoso, con precios que pueden variar desde 100 hasta 300 euros por metro cuadrado, dependiendo del tipo y origen. Esta diferencia de precio no es solo en coste inicial sino que también afecta en el mantenimiento a largo plazo.
Muchos se preguntan si la inversión en mármol se justifica económicamente. La respuesta, basada en la reventa de viviendas, es que su instalación puede aumentar el valor de una casa en un 8% en ciertas zonas urbanas de alto poder adquisitivo. Este efecto estético y de prestigio del mármol es innegable, pero su fragilidad significa que no es la mejor opción para cocinas extremadamente funcionales o para familias con niños pequeños.
El meson cuarzo blanco ofrece una opción balanceada entre estética y funcionalidad. Muchas empresas de la industria, como Caesarstone, han apostado fuertemente por comercializar sus innovaciones en cuarzo blanco, debido a su popularidad creciente en diseños modernos y minimalistas. Además, los fabricantes de cuarzo suelen ofrecer garantías de hasta 25 años, lo cual es una muestra de la confianza que tienen en la longevidad de su producto.
En última instancia, la elección entre cuarzo y mármol depende del uso y las preferencias personales. Mientras el mármol evoca una sensación de lujo y tradición, el cuarzo se inclina hacia la modernidad y la practicidad. Para quienes valoran la eficiencia y el bajo mantenimiento, el cuarzo es una apuesta segura. En cambio, para aquellos que buscan una declaración en su hogar y no temen a la labor de cuidado adicional, el mármol emerge como el ganador.